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Coordinadora General del Sistema de Estudios de Postgrado
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Por otro lado, es importante reconocer que entre las principales oportunidades con las
que cuenta Guatemala, resalta que el aguacate es un alimento cuya demanda se espera
continúe creciendo en la próxima década (véase Figura 1 y Figura 3). Adicionalmente,
como país exportador del fruto, Guatemala dispone de la posibilidad de ingresar a nuevos
mercados internacionales. Su ubicación geográca facilita la comercialización del aguacate
en el mercado centroamericano y estadounidense, siendo este último uno de los principales
importadores del fruto (véase Figura 1). Es necesario aclarar que para el año 2023, el país
aún no exporta aguacate fresco a Estados Unidos, debido a la falta de admisibilidad para
hacerlo. No obstante, la oportunidad de acceder a este mercado representa un incentivo para
fomentar la expansión y desarrollo del cultivo de aguacate guatemalteco.
Perspectivas de futuro
Para impulsar una mayor competitividad en la cadena de valor, considerando que el
segundo eslabón de la cadena afronta múltiples de los retos identicados debido a la
desigualdad existente en el sector agrícola, es esencial invertir y destinar esfuerzos para
promover una mayor sostenibilidad, innovación y resiliencia en las operaciones de los
actores de este eslabón. Esto siempre con el principal enfoque de incrementar la calidad
del aguacate, de tal manera que se oferte un producto que cumple con los requerimientos
demandados en los mercados nacionales e internacionales, y que posee un mayor valor
agregado para el cliente.
Una estrategia viable es facilitar la capacitación de agricultores, brindando conocimientos
técnicos en una amplia gama de áreas relacionadas con el aguacate. Esto incluye el
mejoramiento genético y caracterización de genotipos según variedades de aguacate,
así como métodos para la obtención y selección de semillas y plántulas, sanidad vegetal,
manejo nutricional de la planta, buenas prácticas de cosecha y postcosecha, procedimientos
para la adquisición de certicaciones, uso de tecnologías digitales, agricultura responsable
y sostenible, almacenamiento y conservación del fruto durante el transporte, normativas y
regulaciones del cultivo, entre otros temas relevantes.
Además de esta estrategia, es fundamental promover la inversión en tecnologías para las
ncas productoras, teniendo como prioridad la implementación de sistemas de riego para
garantizar un mayor calibre del fruto y productividad. También se recomienda fomentar una
mayor integración y comunicación entre los mismos actores de la cadena. De modo que se
facilite la estandarización de procedimientos que garanticen la calidad, el apoyo mutuo entre
actores y el intercambio de información relacionada con datos de producción, condiciones
del cultivo, costos, precios, innovaciones en el sector, investigaciones y estudios realizados,
problemas, desafíos, oportunidades, entre otros aspectos.
Todos estos esfuerzos deben ir orientados a metas tangibles o cuanticables a corto, medio
y largo plazo. Por ejemplo, durante la búsqueda de una mayor competitividad, se podría
evaluar la adquisición de certicaciones que diferencien el aguacate guatemalteco de otros
productores que solo compiten por precio pero que no cumplen con el calibre demandado. A la