https://revistasep.usac.edu.gt
Coordinadora General del Sistema de Estudios de Postgrado
125
familiares, tales como lo menciona la Organización Panamericana de la Salud, (2017) cuando
indica que la réplica de esos “patrones de crianza, la persistencia de prejuicios culturales y la
falta de educación sexual integral” refuerzan esos elementos en las adolescentes.
La presencia continua de embarazos en adolescentes en la aldea La Ciénaga reeja la
persistencia del problema, respaldando la percepción de los entrevistados que la visión de
esas uniones tempranas se tornar como la única opción por la falta de oportunidades, lo
que el Instituto Guttmacher (2005) identica al indicar que dado que las normas culturales
de Guatemala respaldan en gran medida la maternidad en edades tempranas, las mujeres
jóvenes podrían ver el inicio de una relación y la maternidad como su alternativa más viable,
debido a la escasez de perspectivas para otras opciones de vida.
También se identica que las instituciones gubernamentales tienen un papel limitado en
abordar la problemática de manera ecaz, lo cual se alinea con el contexto nacional y en
donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2017) ha reconocido que los Estados,
en este caso Guatemala, deben de implementar políticas, protocolos y otros instrumentos
para garantizar el acceso a una salud sexual y reproductiva integral de manera oportuna
y gratuita; y a información veraz, suciente, condencial, y, protegiendo a las niñas y a sus
familias de cualquier tipo de hostigamiento y violencia.
Sin embargo, los resultados sugieren que la falta de herramientas y estrategias institucionales
requieran de mayor solidez para abordar la raíz de este problema que deja a las jóvenes
guatemaltecas en una situación extremadamente vulnerable, sin el apoyo de las familias y
las comunidades.
En este contexto, Gonzales, Rangel y Hernández (2020) señalan que la institucionalidad
asociada a los adolescentes, y que sirvan como fundamento central de este estudio; abordan
la urgente necesidad de crear un espacio seguro y de conanza en el que los jóvenes puedan
expresar libremente sus inquietudes y dudas, con base en evidencia cientíca, objetiva y
libre de presiones externas. Sin embargo, en el contexto en cual se desarrolla el estudio, las
cuestiones culturales basadas en que la educación sexual se centra en la familia, limitan esa
posibilidad de las adolescentes en poder cuestionar y extraer esa información cientíca.
En cuanto a las soluciones a extraer de los resultados de la investigación, la educación sexual
integral surgió como una medida clave para solucionar este problema. Este enfoque está en
línea con lo señalado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (2020) en el que
destaca la factibilidad de prevenir el embarazo adolescente, a través de la implementación de
estrategias para ampliar la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva.
En este contexto, es importante señalar que la educación sexual debe brindarse de manera
consistente y adaptada a las diferentes etapas de desarrollo, tanto en la escuela como en
el ámbito familiar, enfatizando la participación de las familias, instituciones, comunidades y
todos los sectores socioeconómicos que se encuentren involucrados en la temática.