https://revistasep.usac.edu.gt
Coordinadora General del Sistema de Estudios de Postgrado
47
interrelacionadas de varias maneras: la desnutrición debilita el sistema inmunológico, lo que
hace que el paciente sea más susceptible a infecciones (Nestor Daniel Robles, 2015).
La desnutrición a menudo conduce a la pérdida de masa muscular, lo que puede agravar
la debilidad y la fatiga que son comunes en los pacientes empeorando la capacidad del
cuerpo para eliminar los productos de desecho, lo que puede aumentar la carga tóxica en el
organismo. Las tasas de retraso del crecimiento en pacientes con HD en Guatemala son altas
en comparación con las de los países de altos ingresos. Por ejemplo, la Sociedad Europea de
Nefrología Pediátrica (ESPN/ERA-EDTA) encontró que el 45 % de los pacientes pediátricos en
ERC tienen un retraso del crecimiento por debajo de tres desviaciones estándar (A Apostolou
2014, Fouque).
Las tasas más altas de retraso del crecimiento en los niños guatemaltecos pueden estar
ocurriendo debido a varios problemas adicionales, como la pobreza, la infestación de
parásitos, el bajo nivel de educación de la madre, la edad temprana del primer parto, el bajo
peso de la madre, la falta de apoyo en las leyes de salud pública y los hábitos alimentarios
poco saludables (Martín del Campo 2012, OCHA 2020).
Las guías de práctica clínica recomiendan la evaluación periódica del crecimiento de peso y
altura en niños con ERC, incluida la determinación del IMC. Sin embargo, el IMC puede no
ser un marcador preciso de la nutrición en niños que reciben hemodiálisis, ya que el peso
corporal del paciente puede verse afectado por la sobrecarga de agua, enmascarando la
desnutrición. Para disminuir este efecto se utilizó el peso seco para el cálculo del IMC. El uso
del IMC es motivo de especial preocupación en pacientes con retraso grave del crecimiento,
como se observó en este estudio, donde el 70 % de los pacientes tenían un IMC normal
a pesar del retraso en el crecimiento. Se espera un retraso en el crecimiento con un IMC
“normal”, pero si el tamaño es normal para la edad, el IMC esperado sería menor. (Sun Young
Ahn, 2018, Cole TJ, 1990).
Los parámetros bioquímicos ayudan a determinar el riesgo nutricional de cada paciente. En
nuestro estudio, la combinación de albúmina sérica y colesterol se utilizó como un criterio basado
en la recomendación de PEW de evaluar la albúmina sérica y el colesterol en combinación
(Foque D, 2008). La mayoría de los pacientes presentaron albúmina sérica (80%, 24/30) y
colesterol (96%, 29/30) normales, lo cual es similar a lo reportado en la literatura (Gorman
G, 2008). Si bien se sabe que los pacientes con ERC pueden tener niveles disminuidos
de albúmina debido a inamación, infección, estrés o ebre (Sun Young Ahn, 2018, Paulina
Salas 2013). Además, la albúmina y el colesterol pueden estar inuenciados por factores no
nutricionales, por lo que se consideran poco conables del estado nutricional.
Los parámetros clínicos utilizados para identicar las deciencias nutricionales de este
estudio podrían estar asociados con la deciencia de micronutrientes como zinc, hierro y
vitamina A, que pueden estar relacionados con el tratamiento de HD (Jai K Das, 2016). En
este contexto, es importante considerar también que las carencias de micronutrientes son las
más comunes en los niños guatemaltecos y se presentan a edades tempranas. Preocupan
las dietas restrictivas a menudo diseñadas para pacientes con ERC, los pacientes necesitan